-4.-RELACIÓN CONMIGO.
Su
comportamiento conmigo era ya a los pocos años de casarnos, lo que en A.T. se
llama YO+TU- Yo soy perfecto, tu no vales nada. Sin embargo, antes de casarnos
no era así como demuestran las cartas que conservo de él cuando estuvo
estudiando Graduado Social en Granada antes de casarnos y las fotos que
conservo de solteros y de los primeros años de casados. ¡Qué cambiazo en pocos
años! Quizá el dinero le hizo perder el norte.
Desde
el principio que no quiso hablar conmigo de su trabajo y sus negocios. En ese
aspecto me ignoraba totalmente, yo le preguntaba y él no quería hablar nunca de
ese tema. Pero entonces al menos no me trataba mal. Eso fue en los tres o
cuatro primeros años de casados. A partir de la muerte de mi madre y el nacimiento
de mi tercer hijo José Antonio empezó a cambiar en todos los aspectos: a tratarme
mal delante de mis hijos y de los amigos
y se agudizaron su ausencias nocturnas y de fin de semana y hasta de no venir
ni a comer y sin avisarme.
Sobre
los años 67 nos compramos dos casas juntas en Marqués de Campo, 36 (actualmente
creo que Nº 40), arriba de Marsal e hicimos una sola casa de las dos. Ahí
empezó el deterioro sin retorno por mi
parte de nuestro matrimonio.
Hacía
años que los fines de semana se iba siempre fuera con la excusa de cazar y
entre semana volvía muchos días a las 4 ó 5 de la mañana también con la excusa
de “su trabajo”. Pero en esta época empezó a no venir ni a comer. Yo le
preparaba la comida con ilusión y él no venía, pero lo peor de todo es que ni
me avisaba. Yo se lo reprochaba y gritando me decía que tenía trabajo y no me
podía avisar, entonces yo de la rabia rompía platos contra el suelo, hasta que
un día me fui antes de comer a su despacho y entré sin avisar y estaba
besándose por encima de su mesa con una mujer que trabajaba y trabaja en otra
oficina de Dénia, la llamaré Carolina. Entonces comprendí por que no me avisaba
y dejé de romper platos y vino la indiferencia total. Encima cuando llegó por
la noche entró en casa gritándome como un energúmeno y prohibiéndome entrar más
en su despacho. Su táctica era que cuando hacía algo que estaba mal empezaba a
gritarme antes él y yo tenía que callarme para que no se hiciera un drama
delante de nuestros hijos.
Ya
dejó de importarme lo que hacía él. Ahí empezó la indiferencia total. Eso fue
por los años 68/69
Esas
dos casas en Marqués de campo 36 fueron compradas sobre el año 66 antes de
morir mi madre, con el dinero de mi trabajo y las vendió el 20-11-1975 en plena
crisis matrimonial. Al año y
medio
hicimos las capitulaciones después de muchas discusiones en el tiempo por desacuerdos
en la separación de bienes. ¿Adonde fue a para ese dinero de las dos casas? A
su bolsillo y así ya no tuvieron que constar ni en el reparto de gananciales ni
en las capitulaciones. Muy inteligente él y su comportamiento muy ético y
moral. Pero, Oh, casualidad, Carolina a los pocos años ya tenía y tiene una casa de casi 400m2 en una parcela
de casi 1500m2. ¡Qué casualidad!
Pero
a mis hijos, que yo sepa, no les va a dejar ninguna casa, cuando acordamos al
separarnos que la marina iba a ser para ellos y que si se vendía, con el dinero
se les compraría una casa a cada uno.
Por
los años 73, un día mi marido se fue a
comer con sus empleados y vinieron a recogerlo en un coche. El se sentó al lado
del conductor y encima de sus piernas se sentó una chica, la llamaré Juana, que
hacía poco que había venido a vivir a Denia. Mas adelante me han contado cosas
muy curiosas de esa persona que ahora se las da de gran señora, como que cuando
se lió con mi entonces marido y quedaban en Benidorm, le hacía de madame
buscona intentando llevar a otras
jóvenes también allí, no se si para hacer cama redonda o qué.
Yo
estos problemas no se los contaba nunca a mi madre. Al principio porque yo aún
quería a mi marido y confiaba en él, creía que cambiaría y no quería que mi
madre se metiera en nuestra relación. Mas adelante, cando enfermó, no le
contaba nada para
no
perjudicar su salud, aunque los problemas de la relación con nuestros hijos, su relación conmigo delante de los
niños y de la gente y sus ausencias ya se habían agudizado. A mis amigos
íntimos si que les comentaba algo, pero
siempre quitaban importancia, quizá con la intención de que no se rompiera mi
matrimonio.
Como
yo trabajaba fuera de casa y los niños eran pequeños, procuraba tener a alguna persona que me ayudara con mis hijos
y con las tareas de la casa, pero esto no era siempre. Como entonces teníamos
mas empleadas en la tienda, teníamos dos días libres a la semana cada hermana,
aunque yo por las mañanas iba todos los días, aprovechaba las tardes de esos
dos días libres, cuando los niños estaban en el colegio, para ir a aprender: taquigrafía; otra temporada
pintura; otra guitarra; algún día iba a montar a caballo; una tarde a la semana
iba a casa de un matrimonio extranjero y tocábamos la guitarra
juntos. Yo disfrutaba con estas cosas. Pero todo esto lo hacía a
escondidas de mi marido porque él me tenía todo prohibido.
Mis
amigas sabían perfectamente lo de sus prohibiciones y mis quejas de sus
ausencias volviendo a las 4 de la madrugada, pero un día, una amiga mía de mi
círculo mas intimo con su “gran inocencia” dijo delante de mi marido y de todos
que yo iba a clases de guitarra. ¡La trifulca que armó mi marido delante de todos!
Pero, sin embargo, esa amiga no dijo
nunca nada de lo que hacía mi marido a las 4 de la madrugada fuera de casa. Muy
feminista ella. Para mi esa amiga íntima dejó de serlo desde entonces, la
saludo y me relaciono con ella pero a un nivel superficial.
Pero
yo continué con mis clases de guitarra a
escondidas.
Me
gustaba pintar y los fines de semana como se iba y yo me quedaba sola con mis
tres hijos, me quedaba en casa pintando y un domingo yo estaba pintando
mientras los niños hacían la siesta
y
llegó él después de dos días de juerga y cuando me vio pintando, gritando como
un energúmeno me lo quería tirar todo y
casi
me lo rompe porque le sentó mal que estuviera pintando en casa.
Menos mal que
pese a él, yo hacía cosas que me gustaban. Ese comportamiento parece el
de un enfermo mental porque tiene rasgos de paranoia.
A
mi me tenía atemorizada porque yo no estaba acostumbrada a ese comportamiento y
a esos gritos. Pero como mi ansia de aprender cosas era muy fuerte continuaba
haciéndolo a escondidas.
Yo
no se si era por ese abandono del colegio a los trece años cuando aún era niña
al morirse mi padre que he relatado en “Retazos de mi Biografía” primer
capítulo de “Mi Infancia”, o por esa sensación de soledad y abandono o si en mi
matrimonio hubiera sido feliz yo hubiera tenido esa ansia de aprender cosas y
de independencia, pero el caso es que las tenía y cada vez mas fuertes. Hice
algún curso por correspondencia en CEAC, como Corte y Confección y Psicología
que me los deje sin acabar. Aún conservo el libro de Psicología de CEAC
Mis
hijos llenaban mucho mi vida y me hacían muy feliz como madre, pero como
persona necesitaba algo mas y llenaba ese espacio aprendiendo cosas.
Mi
madre enfermó de cáncer y ya no estuvo nunca bien. Nunca se quejaba de nada para
que no sufriéramos. El último año yo me la llevé a mi casa de Marqués de Campo
36 y la cuidé. Se lo merecía por mi parte porque nos había dado toda su vida y
cariño. Murió cuando yo estaba embarazada de José Antonio. Yo sufrí mucho con
su enfermedad viendo como iba empeorando cada vez y no se podía hacer nada.
Duró unos tres años.
Mi
marido estuvo a la altura de las circunstancias en ese caso y cuando íbamos a
Valencia a ponerle radioterapia era él el que nos llevaba a mi madre y a mi en
el coche que le había comprado mi madre. Es lo único que tengo que agradecerle.
Pero claro, es que ella lo había tratado como a un hijo, compró la casa para que pudiéramos casarnos y
le compró un coche a él porque lo necesitaba para ir a Alicante a su trabajo.
El
último verano de la vida de mi madre, en el año 67, recuerdo que una hermana de
mi madre, vino unos días a pasarlos con ella porque ya estaba peor y sabíamos que no iba a
vivir mucho. Murió en diciembre de ese año 67. Yo estaba embarazada de José
Antonio y apenada por el empeoramiento de mi madre. En julio que era el santo
de mis dos hijos mayores, mi marido se empeñó en hacer una fiesta a lo grande
para celebrarlo invitando a todos los amigos, padres y niños. Yo quería invitar
solo a los primos que ya se juntaban ocho. Pero él con su comportamiento de
extrema dominancia e inflexibilidad se empeñó en hacer la fiesta a lo grande.
Yo ni tenía ánimos por el estado de mi madre ni fuerza por mi embarazo para
hacerlo, pero él, como un dictador, lo impuso a gritos y me tuve que encargar
de preparar comida para todos, pero llorando de rabia e impotencia y cuando
llegaron todos haciendo buena cara.
Esas
irracionales imposiciones suyas eran ya bastante continuas y con el tiempo cada
vez más.
Lo
que mas le gustaba era dejarme mal delante de la gente. Recuerdo un día que
fuimos a cenar con otras parejas y empezó a echarme por tierra, como era
bastante habitual por su parte, y mi hermana menor empezó a llorar al ver como
me trataba delante de todos. O cuando me traía a alguien a comer los sábados, (por ej.
Pepe Devesa) que yo iba a la tienda y
tenía que levantarme temprano para prepararme la comida antes de irme para que
cuando saliera del trabajo pudiéramos comer a una hora normal, me criticaba
delante de sus invitados que si la pelota del puchero no se podía comer o
cualquier otra cosa. Me han dicho que después de separarnos es él el que hace
la comida cuando tiene invitados, ¡¡qué cambiazo!! Porque cuando estaba conmigo
no ayudaba ni a poner un vaso en la mesa.
Y
una vez que fuimos a Madrid con el doctor Joaquín Pastor, Pepe Puig y sus
mujeres para que le presentaran a un Sr del que necesitaba sus influencias para
trepar? Llegamos al hotel y cuando vio que no llevábamos preservativos me arma
la de San Quintín en la habitación y bajamos al hall del hotel y delante de los
amigos empieza a gritarme como un energúmeno dándome a mi la culpa de no tener
preservativos, con lo fácil que hubiera sido ir a una farmacia y comprarlos.
Pero necesitaba humillarme delante de todos. Después tenía ganas de acostarme
con él? Lo que debí hacer entonces, después de sus gritos, es coger la maleta y
venirme a casa sin avisarle.
Los
últimos años la cuestión era echarme por tierra delante de otros. No me
respetaba y eso es lo que menos pude soportar. Me quería debajo de tu yugo y
despertó en mí el ansia de libertad con sus prohibiciones injustas cuando él
llevaba una vida de dispendios en todos los sentidos y a mi me dejaba siempre
sola.
Y
cuando hizo la reforma mayor de nuestra Marina, que llego un ía del trabajo
después de cerrar al mediodía y me lo veo todo lleno de albañiles y jardineros?
Y cambió la configuración de toda la casa y el jardín sin habérmelo ni comentado
antes. El iba a la suya y a mi me ignoraba humillándome con esa actitud.
José Antonio
con los perros en la marina
Yo
siempre había tenido temor a los perros y no quería perros en la marina y
me obligó a tener perros y no solo uno,
dos a la vez, pero él no se ocupaba para
nada de ellos, yo era la que tenía que bañarlos, hacerles la comida, llevarlos
al veterinario, etc. Resulta que nada mas nos separamos se acabaron los perros
en la marina porque a su secretaria favorita no le gustaban. Y eso fue un gran
disgusto para mis hijos y principalmente para José Antonio que los quería mucho.
Pero se ve que su secretaria era más respetable que yo y por eso la tenía más
en cuenta. Me hizo tragar cosas que eran
imposibles de digerir, me humillaba continuamente.
Su
frase favorita era decirme que estaba loca. Quién es el loco en esta relación?
De hecho, el 22 de agosto le llamé para
decirle que debe de pagar la mitad de la lápida de nuestro hijo que la he
pagado yo. Ha empezado a gritarme que estoy loca, pero así como antes yo me
callaba para no hacerlo mas grande, le contesté que el único loco es él desde
siempre y me ha colgado el teléfono.
Desde
que las cosas empezaron a ir mal en nuestro matrimonio nunca pude hablar con él
porque empezaba con los insultos, pero ahora yo ya no me callo. Le envié un SMS
diciéndole que tiene que pagar la mitad de la lápida que la he pagado yo. Y le
he preguntado si ya ha ido a ver a su hijo al cementerio y a llevarle flores.
Se que no ha ido porque como siempre no tiene tiempo para esas cosas tan
familiares con sus hijos. Hoy 27 de septiembre aún no se nada de si va a pagar
la mitad de la lápida, le he llamado tres veces y no descuelga el teléfono. ¡Es
muy generoso. con las cosas de mi hijo
menor! Sin embargo, para fardar si que lo es generalmente.
Cuando
mis hijos fueron falleros y él presidente de la falla, había algún día que
tenía que invitar él a cenar y yo me pasaba el tiempo guisando para que
invitase a todos los falleros, luego cenábamos todos en el casal lo que yo
había preparado y al terminar me enviaba a casa y me prohibía quedarme después de cenar. Era
completamente injusto que yo me matara a guisar para él y luego no pudiera
disfrutar de la fiesta, cuando otras mujeres de falleros si que se quedaban.
Adonde
si le gustaba llevarme era con sus amistades políticas de Madrid: al barco que
compró para relacionarse con políticos importantes para promocionarse y
trepar. Cuando fue presidente de la
falla Centro invitó a Dénia a unos matrimonios de Madrid, importantes en la
política de entonces, y los invitó a comer, luego de comer nos fuimos a una
cafetería que había en la C /
Campos y me dejó con ellos y se fue a cumplir con su ligue.
La
época de Moros y Cristianos casado conmigo. Estos años de Moro casado conmigo
ilustra muy bien su carácter dictatorial. A mi esa fiesta y su música me
gustaba. Cuando hacían los desfiles yo me ponía junto con otras personas detrás
de la música que no molestábamos a nadie. En cuanto él se enteraba me prohibía
tajantemente ponerme allí y me enviaba a casa. Y no admitía de ninguna forma
que se hicieran filaes de mujeres ni que participaran en los desfiles. Así de
dictador se comportaba. Con el tiempo, cuando empezó haber mas demanda por
parte de las mujeres, como él vio que iba a perder el mando si continuaba
negándose, para no perderlo aceptó a las mujeres. Pero en mi
opinión,
solo aceptó para no perder el mando que es lo que mas le gusta.
Ese
comportamiento tan dictatorial y discriminatorio yo no lo soportaba.
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