viernes, 28 de septiembre de 2012

Relación conmigo





-4.-RELACIÓN CONMIGO.

Su comportamiento conmigo era ya a los pocos años de casarnos, lo que en A.T. se llama YO+TU- Yo soy perfecto, tu no vales nada. Sin embargo, antes de casarnos no era así como demuestran las cartas que conservo de él cuando estuvo estudiando Graduado Social en Granada antes de casarnos y las fotos que conservo de solteros y de los primeros años de casados. ¡Qué cambiazo en pocos años! Quizá el dinero le hizo perder el norte.
Desde el principio que no quiso hablar conmigo de su trabajo y sus negocios. En ese aspecto me ignoraba totalmente, yo le preguntaba y él no quería hablar nunca de ese tema. Pero entonces al menos no me trataba mal. Eso fue en los tres o cuatro primeros años de casados. A partir de la muerte de mi madre y el nacimiento de mi tercer hijo José Antonio empezó a cambiar en todos los aspectos: a tratarme mal delante de  mis hijos y de los amigos y se agudizaron su ausencias nocturnas y de fin de semana y hasta de no venir ni a comer y sin avisarme.

Sobre los años 67 nos compramos dos casas juntas en Marqués de Campo, 36 (actualmente creo que Nº 40), arriba de Marsal e hicimos una sola casa de las dos. Ahí empezó el  deterioro sin retorno por mi parte de nuestro matrimonio.
Hacía años que los fines de semana se iba siempre fuera con la excusa de cazar y entre semana volvía muchos días a las 4 ó 5 de la mañana también con la excusa de “su trabajo”. Pero en esta época empezó a no venir ni a comer. Yo le preparaba la comida con ilusión y él no venía, pero lo peor de todo es que ni me avisaba. Yo se lo reprochaba y gritando me decía que tenía trabajo y no me podía avisar, entonces yo de la rabia rompía platos contra el suelo, hasta que un día me fui antes de comer a su despacho y entré sin avisar y estaba besándose por encima de su mesa con una mujer que trabajaba y trabaja en otra oficina de Dénia, la llamaré Carolina. Entonces comprendí por que no me avisaba y dejé de romper platos y vino la indiferencia total. Encima cuando llegó por la noche entró en casa gritándome como un energúmeno y prohibiéndome entrar más en su despacho. Su táctica era que cuando hacía algo que estaba mal empezaba a gritarme antes él y yo tenía que callarme para que no se hiciera un drama delante de nuestros hijos.
Ya dejó de importarme lo que hacía él. Ahí empezó la indiferencia total. Eso fue por los años 68/69

Esas dos casas en Marqués de campo 36 fueron compradas sobre el año 66 antes de morir mi madre, con el dinero de mi trabajo y las vendió el 20-11-1975 en plena crisis matrimonial. Al año y
medio hicimos las capitulaciones después de muchas discusiones en el tiempo por desacuerdos en la separación de bienes. ¿Adonde fue a para ese dinero de las dos casas? A su bolsillo y así ya no tuvieron que constar ni en el reparto de gananciales ni en las capitulaciones. Muy inteligente él y su comportamiento muy ético y moral. Pero, Oh, casualidad, Carolina a los pocos años ya tenía y  tiene una casa de casi 400m2 en una parcela de casi 1500m2. ¡Qué casualidad!
Pero a mis hijos, que yo sepa, no les va a dejar ninguna casa, cuando acordamos al separarnos que la marina iba a ser para ellos y que si se vendía, con el dinero se les compraría una casa a cada uno.

Por los años 73,  un día mi marido se fue a comer con sus empleados y vinieron a recogerlo en un coche. El se sentó al lado del conductor y encima de sus piernas se sentó una chica, la llamaré Juana, que hacía poco que había venido a vivir a Denia. Mas adelante me han contado cosas muy curiosas de esa persona que ahora se las da de gran señora, como que cuando se lió con mi entonces marido y quedaban en Benidorm, le hacía de madame buscona intentando llevar  a otras jóvenes también allí, no se si para hacer cama redonda o qué.

Yo estos problemas no se los contaba nunca a mi madre. Al principio porque yo aún quería a mi marido y confiaba en él, creía que cambiaría y no quería que mi madre se metiera en nuestra relación. Mas adelante, cando enfermó, no le contaba nada para
no perjudicar su salud, aunque los problemas de la relación con nuestros  hijos, su relación conmigo delante de los niños y de la gente y sus ausencias ya se habían agudizado. A mis amigos íntimos si que les comentaba  algo, pero siempre quitaban importancia, quizá con la intención de que no se rompiera mi matrimonio.
Como yo trabajaba fuera de casa y los niños eran pequeños, procuraba tener  a alguna persona que me ayudara con mis hijos y con las tareas de la casa, pero esto no era siempre. Como entonces teníamos mas empleadas en la tienda, teníamos dos días libres a la semana cada hermana, aunque yo por las mañanas iba todos los días, aprovechaba las tardes de esos dos días libres, cuando los niños estaban en el colegio, para  ir a aprender: taquigrafía; otra temporada pintura; otra guitarra; algún día iba a montar a caballo; una tarde a la semana iba a casa de un matrimonio extranjero y tocábamos la  guitarra  juntos. Yo disfrutaba con estas cosas. Pero todo esto lo hacía a escondidas de mi marido porque él me tenía todo prohibido.
Mis amigas sabían perfectamente lo de sus prohibiciones y mis quejas de sus ausencias volviendo a las 4 de la madrugada, pero un día, una amiga mía de mi círculo mas intimo con su “gran inocencia” dijo delante de mi marido y de todos que yo iba a clases de guitarra. ¡La trifulca que armó mi marido delante de todos!  Pero, sin embargo, esa amiga no dijo nunca nada de lo que hacía mi marido a las 4 de la madrugada fuera de casa. Muy feminista ella. Para mi esa amiga íntima dejó de serlo desde entonces, la saludo y me relaciono con ella pero a un nivel superficial.
Pero yo continué  con mis clases de guitarra a escondidas.
Me gustaba pintar y los fines de semana como se iba y yo me quedaba sola con mis tres hijos, me quedaba en casa pintando y un domingo yo estaba pintando mientras los niños hacían la siesta
y llegó él después de dos días de juerga y cuando me vio pintando, gritando como un energúmeno me lo quería tirar todo y
casi me lo rompe porque le sentó mal que estuviera pintando en casa.
Menos  mal que  pese a él, yo hacía cosas que me gustaban. Ese comportamiento parece el de un enfermo mental porque tiene rasgos de paranoia.
A mi me tenía atemorizada porque yo no estaba acostumbrada a ese comportamiento y a esos gritos. Pero como mi ansia de aprender cosas era muy fuerte continuaba haciéndolo a escondidas.
Yo no se si era por ese abandono del colegio a los trece años cuando aún era niña al morirse mi padre que he relatado en “Retazos de mi Biografía” primer capítulo de “Mi Infancia”, o por esa sensación de soledad y abandono o si en mi matrimonio hubiera sido feliz yo hubiera tenido esa ansia de aprender cosas y de independencia, pero el caso es que las tenía y cada vez mas fuertes. Hice algún curso por correspondencia en CEAC, como Corte y Confección y Psicología que me los deje sin acabar. Aún conservo el libro de Psicología de CEAC
Mis hijos llenaban mucho mi vida y me hacían muy feliz como madre, pero como persona necesitaba algo mas y llenaba ese espacio aprendiendo cosas.
Mi madre enfermó de cáncer y ya no estuvo nunca bien. Nunca se quejaba de nada para que no sufriéramos. El último año yo me la llevé a mi casa de Marqués de Campo 36 y la cuidé. Se lo merecía por mi parte porque nos había dado toda su vida y cariño. Murió cuando yo estaba embarazada de José Antonio. Yo sufrí mucho con su enfermedad viendo como iba empeorando cada vez y no se podía hacer nada. Duró unos tres años.
Mi marido estuvo a la altura de las circunstancias en ese caso y cuando íbamos a Valencia a ponerle radioterapia era él el que nos llevaba a mi madre y a mi en el coche que le había comprado mi madre. Es lo único que tengo que agradecerle. Pero claro, es que ella lo había tratado como a un hijo,  compró la casa para que pudiéramos casarnos y le compró un coche a él porque lo necesitaba para ir a Alicante a su trabajo.
El último verano de la vida de mi madre, en el año 67, recuerdo que una hermana de mi madre, vino unos días a pasarlos con ella  porque ya estaba peor y sabíamos que no iba a vivir mucho. Murió en diciembre de ese año 67. Yo estaba embarazada de José Antonio y apenada por el empeoramiento de mi madre. En julio que era el santo de mis dos hijos mayores, mi marido se empeñó en hacer una fiesta a lo grande para celebrarlo invitando a todos los amigos, padres y niños. Yo quería invitar solo a los primos que ya se juntaban ocho. Pero él con su comportamiento de extrema dominancia e inflexibilidad se empeñó en hacer la fiesta a lo grande. Yo ni tenía ánimos por el estado de mi madre ni fuerza por mi embarazo para hacerlo, pero él, como un dictador, lo impuso a gritos y me tuve que encargar de preparar comida para todos, pero llorando de rabia e impotencia y cuando llegaron todos haciendo buena cara.
Esas irracionales imposiciones suyas eran ya bastante continuas y con el tiempo cada vez más.
Lo que mas le gustaba era dejarme mal delante de la gente. Recuerdo un día que fuimos a cenar con otras parejas y empezó a echarme por tierra, como era bastante habitual por su parte, y mi hermana menor empezó a llorar al ver como me trataba delante de todos. O cuando me traía a  alguien a comer los sábados, (por ej. Pepe  Devesa) que yo iba a la tienda y tenía que levantarme temprano para prepararme la comida antes de irme para que cuando saliera del trabajo pudiéramos comer a una hora normal, me criticaba delante de sus invitados que si la pelota del puchero no se podía comer o cualquier otra cosa. Me han dicho que después de separarnos es él el que hace la comida cuando tiene invitados, ¡¡qué cambiazo!! Porque cuando estaba conmigo no ayudaba ni a poner un vaso en la mesa.
Y una vez que fuimos a Madrid con el doctor Joaquín Pastor, Pepe Puig y sus mujeres para que le presentaran a un Sr del que necesitaba sus influencias para trepar? Llegamos al hotel y cuando vio que no llevábamos preservativos me arma la de San Quintín en la habitación y bajamos al hall del hotel y delante de los amigos empieza a gritarme como un energúmeno dándome a mi la culpa de no tener preservativos, con lo fácil que hubiera sido ir a una farmacia y comprarlos. Pero necesitaba humillarme delante de todos. Después tenía ganas de acostarme con él? Lo que debí hacer entonces, después de sus gritos, es coger la maleta y venirme a casa sin avisarle.
Los últimos años la cuestión era echarme por tierra delante de otros. No me respetaba y eso es lo que menos pude soportar. Me quería debajo de tu yugo y despertó en mí el ansia de libertad con sus prohibiciones injustas cuando él llevaba una vida de dispendios en todos los sentidos y a mi me dejaba siempre sola.

Y cuando hizo la reforma mayor de nuestra Marina, que llego un ía del trabajo después de cerrar al mediodía y me lo veo todo lleno de albañiles y jardineros? Y cambió la configuración de toda la casa y el jardín sin habérmelo ni comentado antes. El iba a la suya y a mi me ignoraba humillándome con esa actitud.
 José Antonio con los perros en la marina

Yo siempre había tenido temor a los perros y no quería perros en la marina y me  obligó a tener perros y no solo uno, dos a la vez,  pero él no se ocupaba para nada de ellos, yo era la que tenía que bañarlos, hacerles la comida, llevarlos al veterinario, etc. Resulta que nada mas nos separamos se acabaron los perros en la marina porque a su secretaria favorita no le gustaban. Y eso fue un gran disgusto para mis hijos y principalmente para José Antonio que los quería mucho. Pero se ve que su secretaria era más respetable que yo y por eso la tenía más en cuenta. Me hizo  tragar cosas que eran imposibles de digerir, me humillaba continuamente.
Su frase favorita era decirme que estaba loca. Quién es el loco en esta relación? De hecho, el 22 de agosto le  llamé para decirle que debe de pagar la mitad de la lápida de nuestro hijo que la he pagado yo. Ha empezado a gritarme que estoy loca, pero así como antes yo me callaba para no hacerlo mas grande, le contesté que el único loco es él desde siempre y me ha colgado el teléfono.
Desde que las cosas empezaron a ir mal en nuestro matrimonio nunca pude hablar con él porque empezaba con los insultos, pero ahora yo ya no me callo. Le envié un SMS diciéndole que tiene que pagar la mitad de la lápida que la he pagado yo. Y le he preguntado si ya ha ido a ver a su hijo al cementerio y a llevarle flores. Se que no ha ido porque como siempre no tiene tiempo para esas cosas tan familiares con sus hijos. Hoy 27 de septiembre aún no se nada de si va a pagar la mitad de la lápida, le he llamado tres veces y no descuelga el teléfono. ¡Es muy generoso. con  las cosas de mi hijo menor! Sin embargo, para fardar si que lo es generalmente.




Cuando mis hijos fueron falleros y él presidente de la falla, había algún día que tenía que invitar él a cenar y yo me pasaba el tiempo guisando para que invitase a todos los falleros, luego cenábamos todos en el casal lo que yo había preparado y al terminar me enviaba a casa y  me prohibía quedarme después de cenar. Era completamente injusto que yo me matara a guisar para él y luego no pudiera disfrutar de la fiesta, cuando otras mujeres de falleros si que se quedaban.
Adonde si le gustaba llevarme era con sus amistades políticas de Madrid: al barco que compró para relacionarse con políticos importantes para promocionarse y trepar.  Cuando fue presidente de la falla Centro invitó a Dénia a unos matrimonios de Madrid, importantes en la política de entonces, y los invitó a comer, luego de comer nos fuimos a una cafetería que había en la C/ Campos y me dejó con ellos y se fue a cumplir con su ligue.
La época de Moros y Cristianos casado conmigo. Estos años de Moro casado conmigo ilustra muy bien su carácter dictatorial. A mi esa fiesta y su música me gustaba. Cuando hacían los desfiles yo me ponía junto con otras personas detrás de la música que no molestábamos a nadie. En cuanto él se enteraba me prohibía tajantemente ponerme allí y me enviaba a casa. Y no admitía de ninguna forma que se hicieran filaes de mujeres ni que participaran en los desfiles. Así de dictador se comportaba. Con el tiempo, cuando empezó haber mas demanda por parte de las mujeres, como él vio que iba a perder el mando si continuaba negándose, para no perderlo aceptó a las mujeres. Pero en mi
opinión, solo aceptó para no perder el mando que es lo que mas le gusta.
Ese comportamiento tan dictatorial y discriminatorio yo no lo soportaba.



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