-5.- MI DECISIÓN DE DIVORCIARME.
Llegó
una época en que yo ya no podía
aguantarlo más.
Los
dos últimos años ya no me importaban sus ausencias, pero su comportamiento
dictatorial, miserable y egoísta, sus imposiciones injustas, lo mal que me
trataba delante de la gente y delante de nuestros hijos, eso no lo aguantaba.
Yo se que habían otros hombres que hacían una vida parecida, pero a sus mujeres
las trataban con respeto.
Yo
sabía que al menos tenía un ligue y por eso venia a esas horas de la madrugada,
no venia a comer y ni me avisaba, los fines de semana se marchaba con la excusa
de cazar. Yo sospechaba quien era su ligue y preguntaba a sus amigos como es
que no estaba nunca en casa y venía a esas horas de la madrugada y me decían
que era por su trabajo. Yo se que mis amigas no lo sabían, pero los hombres si.
Flaco favor me hicieron negándome el motivo de sus ausencias y su trato
despreciativo hacia mí, porque como no encontraba ningún apoyo en nadie, al
final exploté porque no podía más.
Hay
que tener en cuenta que en aquellos años no se separaba nadie en Dénia y para
mi familia y amistades más íntimas debió de ser, al menos, como algo inusual. Y
para los menos allegados que no conocían lo que pasaba en mi matrimonio porque
yo no lo contaba y creían que mi matrimonio era modélico, les debió de
resultar
incomprensible. No tuve ningún apoyo, más bien todo lo contrario, excepto el de
una de mis hermanas, pero con el paso del tiempo, los disculpé pensando en la
época en que ocurrió y la mentalidad de muchas de las personas de entonces.
Yo
se que entonces mi marido quería a nuestros hijos y que si me trataba de ese
modo ante ellos era para hacerme daño a mi. Sabía que si me separaba y me
quedaba en Dénia, su actitud en contra mía, especialmente ante mis hijos,
hubiera continuado igual o peor y me hubiera hecho la vida imposible como me la
estaba haciendo. Pensé que si me iba fuera conseguía dos cosas: que cesara su
lucha en contra mía y estudiar que es lo que yo quería desde hacía mucho tiempo
Entonces
dije que me quería separar y que quería estudiar en Valencia y se pusieron
todos en contra mía, excepto una de mis hermanas. Lo que más me criticaban es
que me quisiera ir a estudiar, pero casualmente una de las personas que más me
criticó eso, al poco tiempo se fue también ella a Valencia a estudiar y también
tenía hijos pequeños. Pero me dijo hace poco que en su caso era distinto porque
se los dejaba a su madre. En mi opinión eso es pura moralina, porque
desgraciadamente yo ya no tenía a mi madre que hubiera cuidado a mis hijos con
mucho amor, sin embargo, como la mayoría de personas que trabajan fuera de
casa, tenía a una señora empleada en mi
casa desde hacía tres años que quería mucho a mis hijos y los cuidado con mucho gusto y amor, casi como si
hubiera sido mi madre y los dejé tranquila con ella.
Los
mas allegados a mi me aconsejaban que estudiara otra cosa que les convenía más
a ellos y entonces ya no encontraban mal que me fuera a estudiar fuera de Dénia
.
Pero
yo seguí con mi idea y como no tenía ni el Graduado Escolar me matriculé en Las
Escuelas Graduadas en Dénia y saqué el curso. Luego me fui a Valencia y de
lunes a jueves iba a clases para hacer el ingreso a la Universidad para
mayores de 25 años y lo saqué en el primer año. Los jueves por la noche me
venía a Denia hasta el lunes por la mañana y estaba con mis hijos y en la
tienda. En las vacaciones de los niños se venían comigo. El
primer
verano, como los niños estaban acostumbrados a la playa, alquilé un apartamento
en la playa y nos fuimos allí quince días.
Cuando
entré en la Universidad ,
el primer año, hice amistad con una amiga que tomaba los apuntes bien y
entonces, a mitad de curso me vine ya a vivir en Dénia y lo que hacía era irme
los lunes y miércoles después de comer y asistía a las clases y tomaba los
apuntes, me volvía por la noche cada día que iba y los apuntes del viernes que
yo no iba me los dejaba mi amiga.
Yo
echaba mucho de menos a mis hijos y tuve que hacer un gran esfuerzo para
continuar con mis estudios. Tanto esfuerzo hice que se me olvidó mi infancia y
juventud y no podía recordar esas épocas de mi vida.
Nada
mas me fui a Valencia a estudiar, mi marido metió en casa con los niños a su
secretaria favorita. No hubiera podido dejar con mis hijos a la
señora que teníamos en casa desde hacía tres años que quería mucho a mis hijos
y ya los conocía y ellos la conocían a ella? Eso es lo que yo esperaba y lo que creo que
hubiera sido más normal y mejor para mis hijos. Pero, no, tenía que meterse en
casa a su secretaria favorita y encima despedir a la señora que los cuidaba
desde hacía tres años. Pero, la despidieron quizá para no tener testigos de su
verdadera relación?
José
Antonio con los perros.
Enseguida
echaron a los perros de casa porque a la secretaria no le gustaban. Se ve que
ella era más respetable que yo y por eso le hacía más caso que a mí. Al año de esto metieron a Enrique y a José
Antonio internos en un colegio. Enrique ya era mas mayor, tenía 17 años, pero a José Antonio lo mandaron a Onteniente
interno sin ninguna justificación para ello, excepto la de quitárselo de
encima, tenía entonces 12 ó13 años. A mitad de curso lo expulsaron porque una
noche se quemó un colchón en el dormitorio de los niños y creyeron que era él.
Luego descubrieron que no había sido él y pidieron disculpas, pero el daño
estaba hecho. Después de esto y de echar a los perros de la marina, mi
hijo
José Antonio llamaba a la secretaria “La bruja”
porque ella no lo había aguantado nunca. Quizá no lo aguantaba debido a
que era el mas travieso a consecuencia de la mala educación que le había dado
su padre.
Entonces
decidimos volver a convivir a ver si nuestro matrimonio tenía arreglo y la
secretaria se fue de la marina. Pero no lo hubo porque lo primero que hizo mi
aún marido fue imponerme en casa y en mi comercio a la hija de un amigo suyo de
Barcelona para que viniera todos los días a la óptica a controlar nuestra contabilidad y viviendo en nuestra
casa Esto fue la gota que colmó el vaso de agua. Imponerme a una persona ajena
para que controlara mis cuentas. ¿Y las suyas de su oficina me las dejó
controlar a mi? Yo pedí ayuda a mis hermanas como copropietarias del
comercio para que me apoyaran en no
consentirlo, pero como de costumbre me dijeron que cediera. Yo pienso que siempre me decían a mi que cediera porque
como su carácter era tan dictador, impositivo, inflexible y dominante, pensaban
que lo mas fácil era que cediera yo. Yo cedí y lo aguante durante un mes o dos
porque de verdad me hubiera gustado arreglarlo por mis hijos, pero entonces decidí
que lo nuestro no tenía ningún arreglo. Además de haberse metido en casa con
mis hijos a su secretaria favorita, sus férreas imposiciones rayando en el
sadismo conmigo. .Mi marido manipuló la situación con su mente retorcida
imponiéndome eso sabiendo que yo no iba a aguantar más esas imposiciones.
Entonces yo estaba estudiando Psicología en Valencia y me faltaban un año o dos
para licenciarme y cuando estábamos con los amigos me decía que la Psicología no valía
para nada, para humillarme como de costumbre
Entonces
dije que me separaba definitivamente y quedé ante mis hijos y ante todos como
que era yo la que no quería arreglarlo. Y a los niños les dijo: “veis como no
hay arreglo” Los niños eran pequeños y no se daban cuenta de su manipulación
retorcida y miserable y de alguna forma los ponía en mi contra de una forma
sibilina. No recuerdo cuanto tiempo estuvimos conviviendo, no se si fue un año o dos. Pero así aproveché para estar
todos los días con mis hijos.
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