viernes, 28 de septiembre de 2012

spectos económicos de mi separacoón




-7.- ASPECTO ECONÓMICO DE MI SEPARACIÓN

Como mi madre tenía una óptica y una joyería que llevábamos mi madre y mis hermanas junto con una empleada, ganábamos bastante dinero porque solo éramos dos ópticas y dos joyerías en Denia y en parte de la Comarca. Y trabajábamos cuatro personas de la familia. Mas adelante necesitamos mas empleadas.
El dinero que sacábamos del trabajo nos lo repartíamos mis hermanas y yo, pero yo se lo daba a mi marido y él hacía lo que quería con él pues yo confiaba completamente en él, me había casado para toda la vida y ni pasaba por mi pensamiento que si algún día nos separábamos se iba a aprovechar de mi. Además en aquella época el dinero lo manejaban los hombres y las mujeres necesitábamos su permiso para disponer de él.
-Con el primer dinero que sacamos de la tienda el primer o segundo año de casados,  mi marido le compró una casa a su madre y la mitad de la de su hermana en Alicante en la calle Pradilla cuando aún las estaban construyendo. El marido o el
suegro, no recuerdo bien,  de su hermana era un de los constructores. A mí nunca me había llevado a ver a su madre, era ella la que venía de vez en cuando a mi casa. A partir de entonces  ya empezamos a visitarla en su nueva casa.
-Teníamos una marina que compró mi padre sobre los años 1.950 en  les Bassetes Nord, en primera línea con una parcela que llegaba desde la arena de la playa hasta la actual carretera  Las Marinas
-Sobre los años 66 vendimos la casa de mi madre que había comprado para casarme y vendimos la marina de les bassetes de mis padres y con ese dinero mas otra cantidad que saqué de la tienda, nos compramos dos casas juntas en Marqués de Campo, 36, arriba de Marsal e hicimos una sola casa de las dos. El manejo retorcido que hizo de estas dos casas lo he desarrollado en el capítulo -4. “SU RELACIÓN CONMIGO”
-Con el dinero de la tienda compró un terreno en Benidorm e implicó a otros amigos en esa operación diciendo que en tres meses íbamos a venderlo y ganaríamos mucho dinero. Después resultó que ese terreno era para construir un basurero y no valía nada. Yo sospecho que lo que pasó es que él lo sabía y pidió mas dinero del que valía en realidad. Es solo una sospecha, porque él no es tonto y además necesitaba mucho dinero para la vida que hacía cuando no estaba conmigo.
-Con el dinero de la tienda compró acciones de varias empresas
-Con el dinero de la tienda compramos una casa en Cándida Carbonell, que en principio creo que él era promotor, pero dejó de serlo no se si a la fuerza o por propia voluntad.
-Con el dinero de la tienda compramos un terreno en las marinas y nos construimos un chalet allí
- Él tenía una oficina de Asesoría Laboral como  Graduado Social en Dénia y al menos otra en Benidorm
Tenía otros negocios que yo no sabría catalogar adecuadamente porque nunca había querido hablar de ello conmigo, pero iba mucho a Barcelona, Madrid y Alicante por cuestiones de negocios. Una vez se fue hasta Estados Unidos.

Cuando nos separamos e hicimos las capitulaciones todo lo que repartió era lo que se había comprado con mi dinero de mi trabajo desde los 13 años
Primero quería repartir, junto con las demás cosas, mi comercio que era herencia de mis padres y su oficina no. Yo le dije que el comercio de mis padres era mío por herencia. Luego rectificó y puso a repartir otra vez mi comercio pero añadió su oficina. Le volví a decir que el comercio era mío por herencia. Entonces quito del reparto mi comercio. Todo esto lo tengo documentado.
Esto ocurrió durante varios meses de discusiones hasta que firmé en abril del 77, sin embargo en noviembre del 75, él vendió las dos casas de Marqués de Campo y se quedó con el dinero para que no constara ni en las capitulaciones, cuando ya estábamos en plena crisis matrimonial. ¡Cómo se lo preparaba todo con premeditación y alevosía! ¡Muy inteligente, ético y moral su comportamiento!
Como yo creía que era necesario firmar las capitulaciones para separarme y nadie me dijo que no era obligatorio, las firmé.
Y así me dejó con un terreno en Pda Capsades y con unas acciones y el terreno de Benidorm que no valía nada. Con las acciones y el terreno de Benidorm me pude comprar la casa donde
vivo actualmente porque donde vivía cuando nos separamos era en la C/ Diana que era de alquiler y con el terreno de Pda Capsades me compré el local donde monté mi óptica en la C/
Colón. Fíjate tu: con una casa y terreno de mis padres en Bassetes Nord; con una casa de mi madre que compró en Patricio Ferrándiz para casarnos; con dos casas en Marques de Campo, 36; con una participación en Edificios Castillo en Cándida Carbonell para viviendas; con un chalet  y su terreno en Partida Marinas, 462 que compramos e hicimos con el dinero de mi comercio y donde vivíamos cuando nos separamos; con una casa y media en Alicante en C/ Pradilla, … DE PRONTO ME QUEDO SIN CASA. ¡Qué generoso fue conmigo, me lo dejó todo a mí y se quedó en la calle, pobrecito!
Cuando nos separamos y el se quedó con la Marina y su terreno, fue con la condición de que eso iba a ser para mis hijos y que si se vendía se les compraría una casa a cada uno de mis hijos. Ese fue el acuerdo y se que el año 83, cuando nos divorciamos, mi marido se la vendió a mi hijo el mayor. Yo pensaba que eso era cumplir con su palabra como habíamos acordado, pensaba que simuló una venta a mi hijo, seguramente para pagar menos impuestos que si hacía una donación, porque mal podía tener mi hijo a sus 19 años el dinero para pagar ese chalet y su terreno, pero el caso es que ya estaba a su nombre y yo me alegré de ver que las cosas se hacían como acordamos, que se la había vendido a mi hijo el mayor en representación de sus dos hermanos menores. Pero me consta  que en el año 95  se cambió la marina y su terreno por dos casas enfrente de donde estaba La Rosaleda y ahí he perdido la pista de a quién ha ido a parar lo que se sacó de la marina y no se quien es  el propietario actualmente. Y me temo que ya no pertenece a mi hijo ni por tanto a sus hermanos.

Pero “Oh casualidad” el mismo año 1983 de nuestro divorcio, se hicieron la venta de la marina a mi hijo y dos compras  por parte de dos personas relacionadas muy íntimamente con mi ex. Una de ellas Carolina y la otra la familia de Juana, pero que en la actualidad es de ella.  Pero quien  pagó esas compras realmente?
¿Quizás se pagaron con el dinero de las dos casas que teníamos en Marqués de Campo, 36 y que vendió año y medio antes de separarnos en plena crisis matrimonial?
Como firmé esas capitulaciones tan injustas lo asumí pensando que a mi me había perjudicado enormemente pero que a mis hijos no lo haría, porque entonces yo estaba convencida de que a ellos los quería.
Como hubo un desequilibrio económico tan grande, cuando había un evento importante como es por ejemplo: la boda de alguno de mis hijos; el bautizo o comunión de alguno de mis nietos, etc él les ayudaba económicamente y a mí, por una parte  me daba rabia de ver que él les ayudaba y yo no podía hacerlo porque me había dejado muy mal económicamente, pero por la otra me conformaba y alegraba por mis hijos. Pero esto, indirectamente, era ganárselos él que era quien pagaba porque se había quedado con todo lo mío.
Eso de que les ayudaba económicamente, inconscientemente les ha debido de influir a mis hijos.

 José Antonio en Mozambique

Cuando José Antonio se fue una temporada a Mozambique, su padre pagó el billete de avión, pero ni una sola vez le llamó por teléfono para saber como estaba ni le escribió una carta. Yo le llamaba por teléfono, le escribía cartas, le mandaba películas
grabadas. Fui yo la que lo llevó a Madrid al aeropuerto y la que fui a recogerlo con mi hija  y mi nieta  cuando volvió. Su padre no tenía nunca tiempo para esas cosas tan familiares. Lo suyo era aportar el dinero que se había apropiado de lo mío. Pero supongo que mi hijo se daría cuenta de esto.
Ahora va diciendo por ahí que cuando nos separamos me dejó todo el dinero de las acciones a mí. Me dejó el dinero justito y el que le convino porque me dejó sin casa y necesitaba comprar una porque no tenía para pagar un alquiler, con tantas casas que había tenido.
Pero mira como no me dejó el dinero en efectivo del producto de la venta de las dos casas en Marqués de Campo.
Mi exmarido ha sido muy ético y generoso conmigo y se quedó en la ruina cuando nos separamos. “Pobrecito”
Repito: Al firmar las capitulaciones tan injustas y engañosas, lo tenía asumido, pero lo que no acepto es que haya dejado a mis hijos sin casa propia y si no puedo cambiar esto, al menos lo hago público para que se  conozca el comportamiento miserable y mezquino de mi exmarido y de alguna otra persona si es que hay alguien que se lo aconseja. Que las personas mas íntimamente relacionadas con él tengan casa propia gracias a “su generosidad” y mis hijos no, NO LO ACEPTO porque es completamente INJUSTO.
Si mi marido hubiera cambiado respecto a esto en la actualidad, pensaría que chochea por su edad, pero cambió en el año 95 y entonces no chocheaba. Algo o alguien le hizo cambiar.
Hasta su mirada huidiza es reflejo de su comportamiento  mezquino y falso, al menos conmigo durante los últimos años de casados y hasta en la actualidad,  no me mira nunca de frente ni aguanta la mirada. Rehuye de hablar conmigo, me manda emisarios indirectos cuando quiere algo y me cuelga el teléfono si le llamo yo o no me lo descuelga. No se si será por su conciencia, pero yo dudo de que la tenga por las cosas que ha hecho conmigo y con los hijos que tuvimos juntos y especialmente con José Antonio. ¡Para mi es un personajillo!

  
Mi marina en 1971 al fondo, antes de La reforma mayor de ampliación


 Marina Bassetes Nord de mis padres

Divorcio





-6.- DIVORCIO.

En 1983 nos separamos otra vez y enseguida pidió el divorcio, también quería la anulación por la iglesia pero no la consiguió.
En cuanto me licencié en Psicología al año siguiente, en 1984, me traje a José Antonio a vivir conmigo porque era el menos aceptado en casa de su padre. Y los otros dos venían cuando les apetecía.
Si cuando estábamos casados ya no quería saber nada de los problemas de los niños, cuando nos divorciamos aún menos. No quería que le llamara  para comunicarle algún problema. Si alguna vez era necesario decirle algo importante de José Antonio, tenía que llamar a mi hijo Enrique para que se lo dijera a él. Tanto es así que con el paso de los años tanto Enrique como su mujer me decían que eso no era problema de ellos y con toda la razón. Pero que tenía que hacer yo si su padre no quería hablar conmigo?  Y José Antonio siempre careció de una autoridad  razonable paterna cuando estábamos casados, pero cuando nos separamos ya fue la carencia absoluta.
.
Hace unos cuatro años me llama mi hija diciéndome que “su padre le había dicho” que le diera a ella el apartamento que me compré cuando vendí la óptica de mis padres y ella me lo pagaría como un alquiler. Pero quien es él para disponer de mis bienes? No me  lo podía haber preguntado antes a mi? Pero el caso es lo de siempre: poner a mis hijos en mi contra porque mi hija se enfadó conmigo por decirle que no. Eso no es un comportamiento miserable, manipulador y retorcido? Es él el que les tiene que comprar una casa a cada uno con el dinero del terreno y el chalet de Partida Marinas como acordamos. Y además se lo estuvo prometiendo a mis hijos durante muchos años y así los mentalizó.
Cuando hicimos las capitulaciones quedamos en que la marina, que la había pagado yo con mi trabajo, sería para mis hijos y que si la vendía les compraría una casa a cada uno. Cuando Mayca se casó en 1994, les compró a Enrique y Mayca un apartamento a cada uno en Ogisaka y a los pocos años los vendió. En 1983, el año en que nos divorciamos,  le cedió a mi hijo Enrique la marina y su terreno, pero en 1995 la vendió y compró dos pisos enfrente de La Rosaleda. A nombre de quién están esos dos pisos?  Con tantas casas que compramos con el dinero de mi trabajo: la casa que compró mi madre para casarnos; la marina de mis padres en Bassetes Nord: la casa que le compró y pagué yo a su madre y hermana en alicante; los dos pisos en Marqués de Campo; La casa de Cándida Carbonell; el terreno y la casa de Pda Marinas y mis hijos no tienen casa? En 1983, como acordamos, nada mas divorciarnos se vio su voluntad de que mis hijos tuvieran casa al cederle la marina a mi hijo el mayor que sería para los tres, pero en 1995 cambió y ya los dejó sin nada. Qué o quién le hizo cambiar?

Mirando fotografías voy recordando cosas y experiencias vividas que me corroboran lo que yo pensaba sobre el trato que me daba mi marido. Como los últimos años de casada los pasé tan mal,
sentía que siempre fue igual y no es así. Por ejemplo, el primer año de casados a mi marido le gustaba que pintara  y me incitó a participar en un concurso de pintura que organizaba el Ayuntamiento en julio de 1962.. ¿Cómo en los años 70 y pico casi me rompe lo que estaba pintando en casa mientras los niños hacían la siesta, cuando vino un domingo de cazar y empezó a gritarme como un energúmeno?  Esto me corrobora lo que yo pensaba, que todos esos gritos, humillaciones y malos tratos psicológicos de los últimos años de casados los tenía   programados para que pidiera yo la separación y así quedar él como el bueno de la película. Y lo consiguió. Y yo caí en la trampa como una ingenua que es lo que era.
Yo pensaba que se había vuelto loco por ese comportamiento tan irracional que tenía conmigo, pero después de separarme me di cuenta que era programado para que pidiera yo la separación. Pero él mientras iba vendiendo todas las casas que yo tenía por herencia  y las que habíamos comprado con mi dinero y así quedaban como bienes gananciales. Y en noviembre de 1.975 vendió los dos pisos que teníamos en Marqués de Campo, cuando ya estábamos muy mal, de hecho las capitulaciones se hicieron en abril de 1.977. Esta venta la he desarrollado más ampliamente en el capítulo -4. “SU RELACIÓN CONMIGO”
Qué personaje más nefasto en mi vida. Lo único bueno que me ha dejado son mis hijos y  he perdido a uno porque su padre no lo  apoyó como se merecía.


Midecisión de divorciarme




-5.- MI DECISIÓN DE DIVORCIARME.

Llegó una época en  que yo ya no podía aguantarlo más.
Los dos últimos años ya no me importaban sus ausencias, pero su comportamiento dictatorial, miserable y egoísta, sus imposiciones injustas, lo mal que me trataba delante de la gente y delante de nuestros hijos, eso no lo aguantaba. Yo se que habían otros hombres que hacían una vida parecida, pero a sus mujeres las trataban con respeto.
Yo sabía que al menos tenía un ligue y por eso venia a esas horas de la madrugada, no venia a comer y ni me avisaba, los fines de semana se marchaba con la excusa de cazar. Yo sospechaba quien era su ligue y preguntaba a sus amigos como es que no estaba nunca en casa y venía a esas horas de la madrugada y me decían que era por su trabajo. Yo se que mis amigas no lo sabían, pero los hombres si. Flaco favor me hicieron negándome el motivo de sus ausencias y su trato despreciativo hacia mí, porque como no encontraba ningún apoyo en nadie, al final exploté porque no podía más.
Hay que tener en cuenta que en aquellos años no se separaba nadie en Dénia y para mi familia y amistades más íntimas debió de ser, al menos, como algo inusual. Y para los menos allegados que no conocían lo que pasaba en mi matrimonio porque yo no lo contaba y creían que mi matrimonio era modélico, les debió de
resultar incomprensible. No tuve ningún apoyo, más bien todo lo contrario, excepto el de una de mis hermanas, pero con el paso del tiempo, los disculpé pensando en la época en que ocurrió y la mentalidad de muchas de las personas de entonces.
Yo se que entonces mi marido quería a nuestros hijos y que si me trataba de ese modo ante ellos era para hacerme daño a mi. Sabía que si me separaba y me quedaba en Dénia, su actitud en contra mía, especialmente ante mis hijos, hubiera continuado igual o peor y me hubiera hecho la vida imposible como me la estaba haciendo. Pensé que si me iba fuera conseguía dos cosas: que cesara su lucha en contra mía y estudiar que es lo que yo quería desde hacía mucho tiempo
Entonces dije que me quería separar y que quería estudiar en Valencia y se pusieron todos en contra mía, excepto una de mis hermanas. Lo que más me criticaban es que me quisiera ir a estudiar, pero casualmente una de las personas que más me criticó eso, al poco tiempo se fue también ella a Valencia a estudiar y también tenía hijos pequeños. Pero me dijo hace poco que en su caso era distinto porque se los dejaba a su madre. En mi opinión eso es pura moralina, porque desgraciadamente yo ya no tenía a mi madre que hubiera cuidado a mis hijos con mucho amor, sin embargo, como la mayoría de personas que trabajan fuera de casa,  tenía a una señora empleada en mi casa desde hacía tres años que quería mucho a mis hijos y los  cuidado con mucho gusto y amor, casi como si hubiera sido mi madre y los dejé tranquila con ella.
Los mas allegados a mi me aconsejaban que estudiara otra cosa que les convenía más a ellos y entonces ya no encontraban mal que me fuera a estudiar fuera de Dénia .
Pero yo seguí con mi idea y como no tenía ni el Graduado Escolar me matriculé en Las Escuelas Graduadas en Dénia y saqué el curso. Luego me fui a Valencia y de lunes a jueves iba a clases para hacer el ingreso a la Universidad para mayores de 25 años y lo saqué en el primer año. Los jueves por la noche me venía a Denia hasta el lunes por la mañana y estaba con mis hijos y en la tienda. En las vacaciones de los niños se venían comigo. El
primer verano, como los niños estaban acostumbrados a la playa, alquilé un apartamento en la playa y nos fuimos allí quince días.

Cuando entré en la Universidad, el primer año, hice amistad con una amiga que tomaba los apuntes bien y entonces, a mitad de curso me vine ya a vivir en Dénia y lo que hacía era irme los lunes y miércoles después de comer y asistía a las clases y tomaba los apuntes, me volvía por la noche cada día que iba y los apuntes del viernes que yo no iba me los dejaba mi amiga.

Yo echaba mucho de menos a mis hijos y tuve que hacer un gran esfuerzo para continuar con mis estudios. Tanto esfuerzo hice que se me olvidó mi infancia y juventud y no podía recordar esas épocas de mi vida.
Nada mas me fui a Valencia a estudiar, mi marido metió en casa con los niños a su secretaria favorita.  No  hubiera podido dejar con mis hijos a la señora que teníamos en casa desde hacía tres años que quería mucho a mis hijos y ya los conocía y ellos la conocían a ella?  Eso es lo que yo esperaba y lo que creo que hubiera sido más normal y mejor para mis hijos. Pero, no, tenía que meterse en casa a su secretaria favorita y encima despedir a la señora que los cuidaba desde hacía tres años. Pero, la despidieron quizá para no tener testigos de su verdadera relación?

 José Antonio con los perros.

Enseguida echaron a los perros de casa porque a la secretaria no le gustaban. Se ve que ella era más respetable que yo y por eso le hacía más caso que a mí.  Al año de esto metieron a Enrique y a José Antonio internos en un colegio. Enrique ya era mas mayor, tenía 17 años,  pero a José Antonio lo mandaron a Onteniente interno sin ninguna justificación para ello, excepto la de quitárselo de encima, tenía entonces 12 ó13 años. A mitad de curso lo expulsaron porque una noche se quemó un colchón en el dormitorio de los niños y creyeron que era él. Luego descubrieron que no había sido él y pidieron disculpas, pero el daño estaba hecho. Después de esto y de echar a los perros de la marina,  mi
hijo José Antonio llamaba a la secretaria “La bruja”  porque ella no lo había aguantado nunca. Quizá no lo aguantaba debido a que era el mas travieso a consecuencia de la mala educación que le había dado su padre.
Entonces decidimos volver a convivir a ver si nuestro matrimonio tenía arreglo y la secretaria se fue de la marina. Pero no lo hubo porque lo primero que hizo mi aún marido fue imponerme en casa y en mi comercio a la hija de un amigo suyo de Barcelona para que viniera todos los días a la óptica a controlar  nuestra contabilidad y viviendo en nuestra casa Esto fue la gota que colmó el vaso de agua. Imponerme a una persona ajena para que controlara mis cuentas. ¿Y las suyas de su oficina me las dejó controlar a mi? Yo pedí ayuda a mis hermanas como copropietarias del comercio  para que me apoyaran en no consentirlo, pero como de costumbre me dijeron que cediera. Yo pienso que   siempre me decían a mi que cediera porque como su carácter era tan dictador, impositivo, inflexible y dominante, pensaban que lo mas fácil era que cediera yo. Yo cedí y lo aguante durante un mes o dos porque de verdad me hubiera gustado arreglarlo por mis hijos, pero entonces decidí que lo nuestro no tenía ningún arreglo. Además de haberse metido en casa con mis hijos a su secretaria favorita, sus férreas imposiciones rayando en el sadismo conmigo. .Mi marido manipuló la situación con su mente retorcida imponiéndome eso sabiendo que yo no iba a aguantar más esas imposiciones. Entonces yo estaba estudiando Psicología en Valencia y me faltaban un año o dos para licenciarme y cuando estábamos con los amigos  me decía que la Psicología no valía para nada, para humillarme como de costumbre
Entonces dije que me separaba definitivamente y quedé ante mis hijos y ante todos como que era yo la que no quería arreglarlo. Y a los niños les dijo: “veis como no hay arreglo” Los niños eran pequeños y no se daban cuenta de su manipulación retorcida y miserable y de alguna forma los ponía en mi contra de una forma sibilina. No recuerdo cuanto tiempo estuvimos conviviendo, no se si fue un  año o dos. Pero así aproveché para estar todos los días con mis hijos.



Relación conmigo





-4.-RELACIÓN CONMIGO.

Su comportamiento conmigo era ya a los pocos años de casarnos, lo que en A.T. se llama YO+TU- Yo soy perfecto, tu no vales nada. Sin embargo, antes de casarnos no era así como demuestran las cartas que conservo de él cuando estuvo estudiando Graduado Social en Granada antes de casarnos y las fotos que conservo de solteros y de los primeros años de casados. ¡Qué cambiazo en pocos años! Quizá el dinero le hizo perder el norte.
Desde el principio que no quiso hablar conmigo de su trabajo y sus negocios. En ese aspecto me ignoraba totalmente, yo le preguntaba y él no quería hablar nunca de ese tema. Pero entonces al menos no me trataba mal. Eso fue en los tres o cuatro primeros años de casados. A partir de la muerte de mi madre y el nacimiento de mi tercer hijo José Antonio empezó a cambiar en todos los aspectos: a tratarme mal delante de  mis hijos y de los amigos y se agudizaron su ausencias nocturnas y de fin de semana y hasta de no venir ni a comer y sin avisarme.

Sobre los años 67 nos compramos dos casas juntas en Marqués de Campo, 36 (actualmente creo que Nº 40), arriba de Marsal e hicimos una sola casa de las dos. Ahí empezó el  deterioro sin retorno por mi parte de nuestro matrimonio.
Hacía años que los fines de semana se iba siempre fuera con la excusa de cazar y entre semana volvía muchos días a las 4 ó 5 de la mañana también con la excusa de “su trabajo”. Pero en esta época empezó a no venir ni a comer. Yo le preparaba la comida con ilusión y él no venía, pero lo peor de todo es que ni me avisaba. Yo se lo reprochaba y gritando me decía que tenía trabajo y no me podía avisar, entonces yo de la rabia rompía platos contra el suelo, hasta que un día me fui antes de comer a su despacho y entré sin avisar y estaba besándose por encima de su mesa con una mujer que trabajaba y trabaja en otra oficina de Dénia, la llamaré Carolina. Entonces comprendí por que no me avisaba y dejé de romper platos y vino la indiferencia total. Encima cuando llegó por la noche entró en casa gritándome como un energúmeno y prohibiéndome entrar más en su despacho. Su táctica era que cuando hacía algo que estaba mal empezaba a gritarme antes él y yo tenía que callarme para que no se hiciera un drama delante de nuestros hijos.
Ya dejó de importarme lo que hacía él. Ahí empezó la indiferencia total. Eso fue por los años 68/69

Esas dos casas en Marqués de campo 36 fueron compradas sobre el año 66 antes de morir mi madre, con el dinero de mi trabajo y las vendió el 20-11-1975 en plena crisis matrimonial. Al año y
medio hicimos las capitulaciones después de muchas discusiones en el tiempo por desacuerdos en la separación de bienes. ¿Adonde fue a para ese dinero de las dos casas? A su bolsillo y así ya no tuvieron que constar ni en el reparto de gananciales ni en las capitulaciones. Muy inteligente él y su comportamiento muy ético y moral. Pero, Oh, casualidad, Carolina a los pocos años ya tenía y  tiene una casa de casi 400m2 en una parcela de casi 1500m2. ¡Qué casualidad!
Pero a mis hijos, que yo sepa, no les va a dejar ninguna casa, cuando acordamos al separarnos que la marina iba a ser para ellos y que si se vendía, con el dinero se les compraría una casa a cada uno.

Por los años 73,  un día mi marido se fue a comer con sus empleados y vinieron a recogerlo en un coche. El se sentó al lado del conductor y encima de sus piernas se sentó una chica, la llamaré Juana, que hacía poco que había venido a vivir a Denia. Mas adelante me han contado cosas muy curiosas de esa persona que ahora se las da de gran señora, como que cuando se lió con mi entonces marido y quedaban en Benidorm, le hacía de madame buscona intentando llevar  a otras jóvenes también allí, no se si para hacer cama redonda o qué.

Yo estos problemas no se los contaba nunca a mi madre. Al principio porque yo aún quería a mi marido y confiaba en él, creía que cambiaría y no quería que mi madre se metiera en nuestra relación. Mas adelante, cando enfermó, no le contaba nada para
no perjudicar su salud, aunque los problemas de la relación con nuestros  hijos, su relación conmigo delante de los niños y de la gente y sus ausencias ya se habían agudizado. A mis amigos íntimos si que les comentaba  algo, pero siempre quitaban importancia, quizá con la intención de que no se rompiera mi matrimonio.
Como yo trabajaba fuera de casa y los niños eran pequeños, procuraba tener  a alguna persona que me ayudara con mis hijos y con las tareas de la casa, pero esto no era siempre. Como entonces teníamos mas empleadas en la tienda, teníamos dos días libres a la semana cada hermana, aunque yo por las mañanas iba todos los días, aprovechaba las tardes de esos dos días libres, cuando los niños estaban en el colegio, para  ir a aprender: taquigrafía; otra temporada pintura; otra guitarra; algún día iba a montar a caballo; una tarde a la semana iba a casa de un matrimonio extranjero y tocábamos la  guitarra  juntos. Yo disfrutaba con estas cosas. Pero todo esto lo hacía a escondidas de mi marido porque él me tenía todo prohibido.
Mis amigas sabían perfectamente lo de sus prohibiciones y mis quejas de sus ausencias volviendo a las 4 de la madrugada, pero un día, una amiga mía de mi círculo mas intimo con su “gran inocencia” dijo delante de mi marido y de todos que yo iba a clases de guitarra. ¡La trifulca que armó mi marido delante de todos!  Pero, sin embargo, esa amiga no dijo nunca nada de lo que hacía mi marido a las 4 de la madrugada fuera de casa. Muy feminista ella. Para mi esa amiga íntima dejó de serlo desde entonces, la saludo y me relaciono con ella pero a un nivel superficial.
Pero yo continué  con mis clases de guitarra a escondidas.
Me gustaba pintar y los fines de semana como se iba y yo me quedaba sola con mis tres hijos, me quedaba en casa pintando y un domingo yo estaba pintando mientras los niños hacían la siesta
y llegó él después de dos días de juerga y cuando me vio pintando, gritando como un energúmeno me lo quería tirar todo y
casi me lo rompe porque le sentó mal que estuviera pintando en casa.
Menos  mal que  pese a él, yo hacía cosas que me gustaban. Ese comportamiento parece el de un enfermo mental porque tiene rasgos de paranoia.
A mi me tenía atemorizada porque yo no estaba acostumbrada a ese comportamiento y a esos gritos. Pero como mi ansia de aprender cosas era muy fuerte continuaba haciéndolo a escondidas.
Yo no se si era por ese abandono del colegio a los trece años cuando aún era niña al morirse mi padre que he relatado en “Retazos de mi Biografía” primer capítulo de “Mi Infancia”, o por esa sensación de soledad y abandono o si en mi matrimonio hubiera sido feliz yo hubiera tenido esa ansia de aprender cosas y de independencia, pero el caso es que las tenía y cada vez mas fuertes. Hice algún curso por correspondencia en CEAC, como Corte y Confección y Psicología que me los deje sin acabar. Aún conservo el libro de Psicología de CEAC
Mis hijos llenaban mucho mi vida y me hacían muy feliz como madre, pero como persona necesitaba algo mas y llenaba ese espacio aprendiendo cosas.
Mi madre enfermó de cáncer y ya no estuvo nunca bien. Nunca se quejaba de nada para que no sufriéramos. El último año yo me la llevé a mi casa de Marqués de Campo 36 y la cuidé. Se lo merecía por mi parte porque nos había dado toda su vida y cariño. Murió cuando yo estaba embarazada de José Antonio. Yo sufrí mucho con su enfermedad viendo como iba empeorando cada vez y no se podía hacer nada. Duró unos tres años.
Mi marido estuvo a la altura de las circunstancias en ese caso y cuando íbamos a Valencia a ponerle radioterapia era él el que nos llevaba a mi madre y a mi en el coche que le había comprado mi madre. Es lo único que tengo que agradecerle. Pero claro, es que ella lo había tratado como a un hijo,  compró la casa para que pudiéramos casarnos y le compró un coche a él porque lo necesitaba para ir a Alicante a su trabajo.
El último verano de la vida de mi madre, en el año 67, recuerdo que una hermana de mi madre, vino unos días a pasarlos con ella  porque ya estaba peor y sabíamos que no iba a vivir mucho. Murió en diciembre de ese año 67. Yo estaba embarazada de José Antonio y apenada por el empeoramiento de mi madre. En julio que era el santo de mis dos hijos mayores, mi marido se empeñó en hacer una fiesta a lo grande para celebrarlo invitando a todos los amigos, padres y niños. Yo quería invitar solo a los primos que ya se juntaban ocho. Pero él con su comportamiento de extrema dominancia e inflexibilidad se empeñó en hacer la fiesta a lo grande. Yo ni tenía ánimos por el estado de mi madre ni fuerza por mi embarazo para hacerlo, pero él, como un dictador, lo impuso a gritos y me tuve que encargar de preparar comida para todos, pero llorando de rabia e impotencia y cuando llegaron todos haciendo buena cara.
Esas irracionales imposiciones suyas eran ya bastante continuas y con el tiempo cada vez más.
Lo que mas le gustaba era dejarme mal delante de la gente. Recuerdo un día que fuimos a cenar con otras parejas y empezó a echarme por tierra, como era bastante habitual por su parte, y mi hermana menor empezó a llorar al ver como me trataba delante de todos. O cuando me traía a  alguien a comer los sábados, (por ej. Pepe  Devesa) que yo iba a la tienda y tenía que levantarme temprano para prepararme la comida antes de irme para que cuando saliera del trabajo pudiéramos comer a una hora normal, me criticaba delante de sus invitados que si la pelota del puchero no se podía comer o cualquier otra cosa. Me han dicho que después de separarnos es él el que hace la comida cuando tiene invitados, ¡¡qué cambiazo!! Porque cuando estaba conmigo no ayudaba ni a poner un vaso en la mesa.
Y una vez que fuimos a Madrid con el doctor Joaquín Pastor, Pepe Puig y sus mujeres para que le presentaran a un Sr del que necesitaba sus influencias para trepar? Llegamos al hotel y cuando vio que no llevábamos preservativos me arma la de San Quintín en la habitación y bajamos al hall del hotel y delante de los amigos empieza a gritarme como un energúmeno dándome a mi la culpa de no tener preservativos, con lo fácil que hubiera sido ir a una farmacia y comprarlos. Pero necesitaba humillarme delante de todos. Después tenía ganas de acostarme con él? Lo que debí hacer entonces, después de sus gritos, es coger la maleta y venirme a casa sin avisarle.
Los últimos años la cuestión era echarme por tierra delante de otros. No me respetaba y eso es lo que menos pude soportar. Me quería debajo de tu yugo y despertó en mí el ansia de libertad con sus prohibiciones injustas cuando él llevaba una vida de dispendios en todos los sentidos y a mi me dejaba siempre sola.

Y cuando hizo la reforma mayor de nuestra Marina, que llego un ía del trabajo después de cerrar al mediodía y me lo veo todo lleno de albañiles y jardineros? Y cambió la configuración de toda la casa y el jardín sin habérmelo ni comentado antes. El iba a la suya y a mi me ignoraba humillándome con esa actitud.
 José Antonio con los perros en la marina

Yo siempre había tenido temor a los perros y no quería perros en la marina y me  obligó a tener perros y no solo uno, dos a la vez,  pero él no se ocupaba para nada de ellos, yo era la que tenía que bañarlos, hacerles la comida, llevarlos al veterinario, etc. Resulta que nada mas nos separamos se acabaron los perros en la marina porque a su secretaria favorita no le gustaban. Y eso fue un gran disgusto para mis hijos y principalmente para José Antonio que los quería mucho. Pero se ve que su secretaria era más respetable que yo y por eso la tenía más en cuenta. Me hizo  tragar cosas que eran imposibles de digerir, me humillaba continuamente.
Su frase favorita era decirme que estaba loca. Quién es el loco en esta relación? De hecho, el 22 de agosto le  llamé para decirle que debe de pagar la mitad de la lápida de nuestro hijo que la he pagado yo. Ha empezado a gritarme que estoy loca, pero así como antes yo me callaba para no hacerlo mas grande, le contesté que el único loco es él desde siempre y me ha colgado el teléfono.
Desde que las cosas empezaron a ir mal en nuestro matrimonio nunca pude hablar con él porque empezaba con los insultos, pero ahora yo ya no me callo. Le envié un SMS diciéndole que tiene que pagar la mitad de la lápida que la he pagado yo. Y le he preguntado si ya ha ido a ver a su hijo al cementerio y a llevarle flores. Se que no ha ido porque como siempre no tiene tiempo para esas cosas tan familiares con sus hijos. Hoy 27 de septiembre aún no se nada de si va a pagar la mitad de la lápida, le he llamado tres veces y no descuelga el teléfono. ¡Es muy generoso. con  las cosas de mi hijo menor! Sin embargo, para fardar si que lo es generalmente.




Cuando mis hijos fueron falleros y él presidente de la falla, había algún día que tenía que invitar él a cenar y yo me pasaba el tiempo guisando para que invitase a todos los falleros, luego cenábamos todos en el casal lo que yo había preparado y al terminar me enviaba a casa y  me prohibía quedarme después de cenar. Era completamente injusto que yo me matara a guisar para él y luego no pudiera disfrutar de la fiesta, cuando otras mujeres de falleros si que se quedaban.
Adonde si le gustaba llevarme era con sus amistades políticas de Madrid: al barco que compró para relacionarse con políticos importantes para promocionarse y trepar.  Cuando fue presidente de la falla Centro invitó a Dénia a unos matrimonios de Madrid, importantes en la política de entonces, y los invitó a comer, luego de comer nos fuimos a una cafetería que había en la C/ Campos y me dejó con ellos y se fue a cumplir con su ligue.
La época de Moros y Cristianos casado conmigo. Estos años de Moro casado conmigo ilustra muy bien su carácter dictatorial. A mi esa fiesta y su música me gustaba. Cuando hacían los desfiles yo me ponía junto con otras personas detrás de la música que no molestábamos a nadie. En cuanto él se enteraba me prohibía tajantemente ponerme allí y me enviaba a casa. Y no admitía de ninguna forma que se hicieran filaes de mujeres ni que participaran en los desfiles. Así de dictador se comportaba. Con el tiempo, cuando empezó haber mas demanda por parte de las mujeres, como él vio que iba a perder el mando si continuaba negándose, para no perderlo aceptó a las mujeres. Pero en mi
opinión, solo aceptó para no perder el mando que es lo que mas le gusta.
Ese comportamiento tan dictatorial y discriminatorio yo no lo soportaba.



Relación de mi entonces marido con mis hijos






-3.-RELACIÓN DE MI ENTONCES MARIDO CON MIS HIJOS.

Hago hincapié en esta faceta para que se vea que mi hijo José Antonio, que era el pequeño, fue el más perjudicado por las ausencias de su padre y la mala educación que les daba cuando estaba en casa, en la peor etapa de nuestro matrimonio que mi hijo era casi recién nacido.
José Antonio era un niño hiperactivo, algo travieso, muy cariñoso, simpático y de buenos sentimientos. Era el que mas atención necesitaba y el que más debía haber tenido una educación acorde entre su padre y su madre. Pero no fue así porque su padre no estaba nunca en casa y en esta etapa, cuando estaba, no quería saber nada de los problemas de nuestros hijos y se dedicaba a hacerme la contraria delante de ellos y quitarme la autoridad. Todo esto debió de influir mucho en la formación posterior del comportamiento de mi hijo.
Yo se que mi marido quería a nuestros hijos, pero conforme iban creciendo se ocupaba  menos  de ellos porque decía que cuando venía del  trabajo no quería saber ningún problema y si yo a veces le pedía ayuda por algún suceso ocurrido con alguno de los niños,  empezaba a gritarme delante de ellos diciendo que no quería saber nada. Así me quitaba a mí la autoridad delante de mis hijos.

Como esto empeoró con el paso del tiempo, al que mas le afectó esa mala educación por parte de su padre fue a mi hijo José Antonio que era el mas pequeño, porque los primeros años  de los dos mayores fueron mejores respecto a la convivencia con su padre, pero con José Antonio, al año de nacer ya empezaron los problemas graves. A todos les afectó esa falta de normas y razonamientos por parte de la autoridad paterna, que suplía con gritos descomunales o con risas cuando hacían algo mal, pero a José Antonio más por haber empezado a tan temprana edad.
O eran gritos o eran risas, nada de razonamientos y normas.

Voy a contar algún caso concreto para que se vea como ejemplo.
Cuando José Antonio era pequeño y yo estaba atendiendo a alguien en la tienda y llegaba dos minutos tarde al colegio a recogerlo, ya se había ido el solo y yo me angustiaba buscándolo. Eso pasaba bastantes veces y el era muy pequeño para ir sólo por la calle. Cuando volvía a casa y se lo decía a su padre para que me apoyara, en lugar de eso empezaba a gritarme diciendo que cuando venía del trabajo no quería saber nada de problemas, eso delante de mis hijos. Quitarme la autoridad a mí delante de los niños era su especialidad. Claro, necesitaba el tiempo y energía para “su trabajo nocturno”.
Pero sin embargo, a pesar de que no quería saber nada de los problemas de su educación me hacía la contra en todo lo que yo intentaba inculcarles, como alguna afición.  Si yo les decía que se hicieran su cama, él les decía que no, si les decía que me ayudaran a poner la mesa, él les decía que no, etc. Lo único que conseguí  con mi hijo pequeño es que fuera a clases de Judo, ya que yo pensaba que le iban a hacer bien porque era una forma de controlar y canalizar su hiperactividad, pero como a su padre no le hacía mucha gracia y así  lo manifestaba, se lo dejó.  Eran tres niños pequeños, casi de la misma edad y yo necesitaba apoyo para su educación y más cuando trabajaba fuera de casa y su padre no estaba nunca. 
Pero ya que no estaba nunca en casa y no quería saber ningún problema de nuestros hijos, al menos haberme dejado a mí educarlos a mi manera en lugar de quitarme la autoridad. Pero ni hacía ni me dejaba hacer a mí. Menudo lío les metió a nuestros hijos en la cabeza con su costumbre de quitarme a mí la autoridad, cuando él no estaba nunca en casa.. Y si hacían algo mal estando él y no tenía mas remedio que implicarse, empezaba a gritar en lugar de razonar. Eso es educación? Con tanto grito a los niños y a mí?  Que pregunte a un psiquiatra o psicólogo si eso es una buena educación para los niños.
Esta forma de quitarme la autoridad delante de mis hijos me hacía más costosa su educación, pues me hacían poco caso cuando les decía lo que debían o no debían hacer, ya que con esa finalidad los había educado su padre.
Sabiendo que él quería a nuestros hijos, todo esto me llevó a concluir  que lo hacía para humillarme y hacerme daño a mí. ¿Pero él no se daba cuenta de que a mi me hacía daño pero a nuestros hijos mucho mas?
Una vez que fuimos a Andorra con los niños y los amigos, él cargó el maletero del coche de cartuchos para cazar y los puso “en el fondo del maletero”, después puso las maletas y yo me había comprado una radio, y me la puso encima de todo al borde de  la puerta. Cuando llegamos a la aduana y abrieron el maletero, como lo primero que vieron fue la radio me la quitaron y ya no miraron nada mas y no vieron sus cartuchos, que es lo que él quería. Lo justo hubiera sido que yo le hubiera dicho al inspector que mirara el fondo, pero pobre de mi si lo llego a hacer, no se lo que me
 Mi hijo José Antonio en Andorra

hubiera ocurrido. Eso demuestra su catadura moral. A él le sentó mal que yo me comprara la radio. Menos mal que yo tenía independencia económica y me la pude comprar sin su permiso. Pero, ¡Pobre de aquella mujer que no tenga independencia  económica y tenga un marido con  el comportamiento del mío: tan miserable, mezquino  y egocéntrico. Yo tuve que pagar para que me la enviaran y cuando la recibí al cabo del tiempo en Denia me la pongo en el dormitorio y José Antonio  empieza a tocar los botones y me los rompe. La reacción de su padre fue la de reírse con grandes carcajadas porque me había roto la radio después de toda la odisea pasada. Que mensaje subliminal le dio al niño? Que tocar las cosas y romperlas hacía mucha gracia. Ahora bien, si tocaba algo de su padre los gritos eran descomunales, pero nada de razonamientos.
Después de esto un día José Antonio se subió a una silla y en una estantería teníamos los medicamentos y cogió un bote de pastillas tranquilizantes que tomaba mi marido y se tragó varias pastillas y tuvieron que  hacerle un lavado de estómago. Otro día cogió una botella de gaseosa, le quitó la goma que llevaba en el tapón y se la tragó. No podía respirar y le salía espuma por la boca. Lo llevamos al médico y nos enviaron a Valencia, porque aquí en Dénia en aquella época no podían hacer nada. Nos fuimos a Valencia, el niño echando espuma por la boca y sin poder respirar bien, yo con un pañuelo blanco sacado por la ventanilla para que nos dieran paso. En Valencia se lo pudieron quitar, pero el susto que pasé yo creyendo que no llegábamos a tiempo a Valencia… Pero claro, su padre le había enseñado que tocar las cosas, hacía mucha gracia.
Otra vez fuimos a Canarias y me compré una guitarra, yo sabía que le iba a sentar mal porque le conozco, pero aún así me la
compré porque la quería, me armó una trifulca de mucho cuidado delante de todos, como siempre. Esto fue cuando él ya sabía que yo iba a clases de guitarra porque una amiga mía se lo dijo.
Recuerdo un día que mi hijo mayor  estaba haciendo la tarea del colegio y yo le estaba ayudando, como de costumbre, al tiempo que hacía la cena. Llega su padre mas pronto de lo que era habitual y le dije que ayudara al niño a hacer la tarea, empezó a gritarle y el niño empezó a llorar y ya no acertaba una. Le tuve que decir que lo dejara y continuar yo a ayudarlo. Ya no le pedí nunca más que le ayudara en la tarea.  Otro día que llegó mas pronto y yo estaba haciendo la cena de mis hijos y la nuestra, se sienta a la mesa sin ayudar para nada como de costumbre y le pide a Enrique que le trajera una cerveza de la nevera, mi hijo se la lleva y tropieza, cae, se rompe la botella y se corta el labio. Su padre empieza a gritarme como un energúmeno dándome la culpa a mi y el niño empieza a llorar de oír los gritos de su padre mas que por lo que se había hecho Tuvimos que llevarlo a suturarle la herida. Pero el caso era echarme a mí las culpas de todo delante de nuestros hijos. Entonces tendría Enrique unos 4 ó 5 años, era por los años 68.
Los tres o cuatro primeros años jugaba con los niños y pasaba más tiempo con ellos. Pero algo le hizo cambiar.
Qué consecuencias se deducen del comportamiento de mi marido respecto a la educación de nuestros hijos y su relación comigo al respecto? Sus gritos o  risas y la carencia de razonamientos,  hacerme la contra en todo, echarme a mí la culpa de todo y no querer ver ni saber los problemas de nuestros hijos. Se puede deducir las consecuencias para los tres y especialmente para mi hijo José Antonio por ser el mas pequeño y al que le cogió casi desde su nacimiento ese comportamiento tan irracional. Cualquiera con un poco de sentido común puede deducir las consecuencias para mis tres hijos.

Primeros años de casada





-2.-PRIMEROS AÑOS DE CASADA.

Los primeros años de casados fueron buenos y  yo estaba muy enamorada de mi marido y me sentía respetada por él, pero algo le hizo cambiar y mucho.
Yo pienso que el dinero se le subió a la cabeza y perdió el norte y otras cosas, porque los tres últimos años de solteros que estuvo estudiando en Granada el Graduado Social para montar su oficina, las cartas que me escribía y aún conservo eran bien distintas. Y las imágenes de las fotografías que conservo de aquella época también demuestran sentimientos mas nobles por su parte y en las instantáneas es más difícil aparentar cosas que no son.
El primer año fue el mejor en el sentido de que mi marido hacía  una vida familiar mas normal. Como había vivido en una pensión, aprovechaba para invitar en nuestra casa a todos sus amigos y los míos y lo pasábamos bien. Al segundo año ya se metió en política y empezó a venir tarde, a las tres o cuatro de la madrugada, pero otros amigos que iban a las mismas reuniones no volvían a esas
horas. Sin embargo, entonces no me trataba mal y menos delante de la gente. No me tenía mucho en cuenta, pero como yo era tan joven y con tres niños en cuatro años no era muy consciente de ello. A toda mi familia la trataba bien, especialmente a mi madre que había hecho tanto por él. De hecho, nuestro matrimonio empezó a hundirse sin retorno al poco de morir mi madre, porque entonces empezó a perderme el respeto en público, además del que ya me perdía hacía tiempo en privado.

Al cuarto mes me  quedé embarazada de mi hijo Enrique, Luego vinieron Mayca y José Antonio.  En cuatro años los tuve a los tres.
Cuando nació mi primer hijo, nacieron también los hijos de mis amigas y mis hermanas pues nos habíamos casado todos con un año o dos de diferencia. Entonces nos juntábamos bastante los matrimonios con todos nuestros hijos y lo pasábamos bien y los niños también.
Nos juntábamos en alguna de nuestras casas a comer o a cenar, salíamos a tomar un aperitivo, etc.  Mas adelante, si íbamos todos no había problema, pero mi marido tenía la costumbre de cuando terminaba su trabajo irse al bar y si algún día, cuando yo cerraba la tienda,  me iba al bar donde estaba él con su amigos, empezaba a gritarme delante de ellos prohibiéndomelo. Yo no le encuentro lógica a este comportamiento
Su madre y hermana eran buena gente y se que me apreciaban sinceramente. Mas adelante, cuando nos separamos,  ambas lo sintieron mucho porque ellas sabían que yo había querido mucho
a su hijo y le había dado todo lo que tenía. Una cosa que me llamó siempre la atención es que mi marido nunca quiso hablar de su padre, nunca jamás ni un solo  dato. Yo se que se llamaba José y debía de ser de Almoradí, porque lo pone en su DNI y en el libro da familia.
Mi familia teníamos una marina que compró mi padre en les Bassetes Nord y  los primeros años de mis hijos íbamos allí en verano. Mas adelante, sobre el año 66, cuando la vendimos porque nos resultaba pequeña para todos, en verano alquilábamos una marina y nos íbamos la familia de mi hermana Pepa y nosotros. Lo pasábamos bien todos juntos con los niños y yo no notaba tanto las ausencias de mi marido que ya empezaba a no
estar nunca  casa. Los fines de semana se iba y entre semana muchos días volvía a las 4 ó 5 de la madrugada con la excusa, los primeros años de la política y luego de “su trabajo”.y de la caza.
Mis hijos eran para mi todo lo mas importante y era yo sola la que los llevaba: al circo; al cine en Denia; al autocine nos llevábamos bocadillos y sillas y cenábamos allí; alguna noche de verano a dormir en la playa bajo las estrellas; a excursiones en bicicleta; a hablar con sus profesores y a las reuniones del colegio; cuando se iban de campamento con el colegio era yo la iba a verlos; a la feria; a la playa y a enseñarles a nadar; les contaba cuentos conocidos e inventados; jugaba con ellos; la que los llevaba a las funciones del colegio, me quedaba con ellos a verlas y les ayudaba a aprenderse lo que tenían que decir; la que les ayudaba a hacer su tarea del cole; la que los llevaba al médico y los cuidaba cuando estaban enfermos y les hacía mimitos; la que me
 Función en el colegio

preocupaba por ellos si no tenían apetito; la que los consolaba cuando lloraban; la que les organizaba sus cumpleaños y los llevaba a los de sus amigos; la que les compraba sus regalos, su ropa y sus caprichos; la que les compraba sus regalos cuando su padre y yo íbamos de viaje; la que les daba su comida jugando cuando no querían comer; etc. Mi marido no tenía nunca tiempo para estas cosas.
Los primeros años de casados a la feria si que venía. Eso sería en los tres primeros años de casados. Pero a los demás eventos anteriores nunca. Sin embargo, en esa época se implicaba más en los problemas de mis hijos, aún tan pequeños.
Una cosa que tenía por costumbre y a mi no me gustaba y así se lo manifestaba, es que ya desde su nacimiento, cuando quería celebrar algún acontecimiento les mojaba el chupete en cava. Se ve que pensaba que eso era “cosa muy de hombres”

Cuando José Antonio era pequeño ocurrió algo que le marcó para siempre. Un día en el colegio el profesor le pegó en la cara precisamente encima del oído y le reventó el tímpano.  Yo le dije a mi marido que podíamos denunciar al profesor y dijo que no, seguramente porque temía que le dijeran que porqué no iba nunca a hablar con los profesores sobre su hijo. Lo llevamos a Madrid y le hicieron una tímpanoplastia y no le prendió y tuvimos que llevarlo por segunda vez a Madrid y le volvieron a operar, pero tampoco le prendió. Esto fue una gran lacra para toda la vida de mi hijo pues a él le gustaba muchísimo el mar y nadar y bucear y ya no lo pudo hacer nunca. No se bañaba casi nunca porque si lo hacia tenía que ponerse un gran tapón de cera en el oído y no podía bucear que es lo que mas le gustaba, solo nadar un poco


porque si le entraba agua en el oído enseguida le cogía una infección en el oído. Precisamente unos meses antes de ocurrir el desenlace, le operaron del oído en el Hospital Marian Salud y parece que había salido bien la operación. Estaba pendiente de una revisión. Pero esto fue una gran lacra para el resto de su vida.


Mi vida de casada-1 Introducción




1.-Introducción a mi vida de casada.

Ni cuando me separé ni en todos los años que han pasado desde entonces me ha gustado hablar de mi vida de casada con nadie, ni con mis hijos, pero ahora ha ocurrido un suceso muy doloroso en mi vida, que es la pérdida tan injusta de mi hijo José Antonio y hacerme consciente de que mi exmarido se ha comportado como un miserable y mezquino con él y con los otros lleva el mismo camino.


Escribir mis memorias lo decidí en  febrero cuando su padre le negó el dinero para arreglarse la boca, 400€ que él se gasta en una comida. Mi hijo vino muy deprimido y me dijo: “He ido a pedirle los 400€ al papá y me ha dicho que no. A mi hermano (hermanastro) le compra un coche de 30.000 o 40.000€ y a mi no puede dejarme 400€ hasta que encuentre trabajo” Yo le dejé los 400€, pero el mal ya estaba hecho por parte de su padre. Esto, unido a que hace 4 años su padre le dijo que estudiara FP Grado Medio de Cocina y Gastronomía, que así encontraría trabajo enseguida y mi hijo se esforzó los años 2009-2010-2011 y lo sacó con muy altas notas. Tanto él como yo esperábamos que su padre, que tiene tantas influencias y ha proporcionado muy buenos trabajos a muchas personas mucho menos allegadas a él que su
hijo, le ayudara también a él. Mi hijo me dijo varias veces que si su padre le echaba una mano encontraría trabajo y yo le decía que se lo dijera a él, porque desde que nos separamos no ha querido hablar nunca conmigo (ya no lo hacía cuando estábamos casados). Mi hijo no ha querido hablarme nunca de su padre, excepto lo de los 400€ que debió de ser la gota que colmó el vaso de agua en su estado de ánimo. El ya estaba deprimido y taciturno de verse sin trabajo desde hacía 5 años y sin cobrar ni un euro desde enero del 2010. Yo estoy segura de que se lo había pedido a su padre. Pero se ve que no quiso ayudarle.
El día 1 de marzo cogió un trabajo en Javea donde trabajaba 4 horas por la mañana y 4 por la tarde en la cocina de un restaurante. Yo le dejaba mi coche para que pudiera descansar dentro después de comer porque no podía hacer dos viajes al día porque la gasolina se comía el sueldo. Así y todo se le iban 10€ en gasolina y si se tomaba un café. El cogió este trabajo porque no le salía nada más. Pero que futuro se veía él con 30€ (se le quedaban 20€) al día por ocho horas de trabajo?


Mi hijo cogió una depresión y tiró la toalla. Si hubiera tenido el apoyo que se merecía por parte de su padre esto no hubiera ocurrido.
No olvidaré nunca el comportamiento tan miserable y mezquino de su padre con él. Si mi hijo hubiera tenido un buen trabajo estoy segura que no hubiera ocurrido esto. Y precisamente ahora que hacía cinco o seis años que había cambiado de vida y se estaba esforzando muchísimo en todos los sentidos. Y su padre no tener esto en cuenta, no reconocerlo y ayudarle. Mi hijo no se merecía ese trato mezquino y miserable por parte de su padre, y menos en esa etapa de su vida. Allá él con su conciencia, si es que  la tiene, que yo lo dudo. Yo no olvidaré nunca ese trato que le dio.
Los aspectos económicos de mi exmarido nunca los había comentado con nadie, ni me había importado nunca su posición económica cuando lo conocí, pues yo no me he guiado nunca por lo que tienen las personas. No soy como él. La prueba es que cuando me pidió el dinero de la tienda para comprarle  una casa a su madre y media a su hermana al primer año de casados, enseguida le dije que si y lo encontré bien pues nunca he sido avariciosa como él. Pero lo que no comprendo es como les compra una casa a su madre y hermana y a sus hijos no. Esto no lo entiendo, no coincide su generosidad con su familia y su mezquindad con sus hijos.
Hay algo aquí que choca fuertemente y que no es lógico ni razonable.
Yo se que se aprovechó de mi en las Capitulaciones y que repartió solo lo mío y lo suyo se lo guardó para él. Como yo no pude ni supe hacer nada contra eso ni nadie me dijo que no era obligatorio firmar, lo tenía asumido mientras me implicaba a mi sola, creyendo que con sus hijos no haría lo mismo. Pero al comprobar lo que ha hecho con mi hijo José Antonio y sospechando que a los otros dos los va a dejar sin nada, eso ya es otra cosa. Hago público el aspecto económico también. Cuando toca a mis hijos ya es otra cosa distinta que cuando me toca sólo a mi. Es como jugar con fuego.
Ahora voy a  publicar mis memorias de casada a pesar de que alguna persona pueda no gustarle y mas cuando mi ex me manda emisarios indirectos diciendo que estoy loca y los pone en contra mía. Pero precisamente por esto “necesito hacerlo público”, mas que nada por esas persona que me critican que lo quiera publicar.


Publicaré Retazos de mi Biografía y las volveré a publicar las veces que crea conveniente.
Yo siempre he sido una persona discreta, pero ahora las circunstancias, el corazón y la razón me llevan a hacer esto.

Quiero añadir antes de empezar con Mi vida de Casada las cosas que va diciendo mi exmarido en la actualidad de mi. Dice: que yo me separé para irme a una comuna revolucionaria comunista. No se ni donde hay comunas; que le compró dos coches a mi hijo. Esto es una falacia. El le compró un coche de segunda mano cuando trabajaba en Ogisaka y nada mas. Cuando vendí la tienda de mis padres le compre yo una furgoneta que necesitaba para trabajar en jardinería (tengo el justificante) y les di a mis otros dos hijos una cantidad equivalente en metálico; Pone como valedor a una persona muy conocida, como testigo de que cuando metió en su casa con los niños nada mas separarnos a su secretaria, no tenía con ella ninguna relación íntima, como si esa persona que pone por testigo hubiera estado presente todos los días donde se acostaba mi marido desde hace treinta y pico años para comprobarlo.

Quiero decir que si hablo de sus ligues es porque no se comportó noblemente conmigo. Si él me hubiera dicho que se quería separar porque  se había enamorado de otra persona, yo lo hubiera aceptado porque ni es la primera persona ni la última que se separa porque se enamora de otra y yo tengo la mente lo suficientemente abierta para comprenderlo y aceptarlo. Eso
hubiera sido actuar con nobleza y lo mejor para nuestra ruptura, porque yo se que esas cosas ocurren con frecuencia. Pero actuar tan retorcidamente como hizo él: humillándome constantemente con malos tratos psicológicos,  insultos en privado e incluso delante de mis hijos y en público;  con alevosía vendiendo todas mis propiedades para que se quedaran como gananciales, eso para mí, repito, es un comportamiento retorcido, innoble, mezquino, miserable, despreciable…

Una persona me dijo que a mi hijo José Antonio no le gustaría que publique mis memorias, pero no es así, porque cuando estaba escribiendo que mi exmarido había dicho la falacia de que le había comprado dos coches, me mandó una señal muy clara. No estaba buscando nada y por casualidad, voy a un rincón de un armario que abro varias veces todos los día y cojo una bolsa de plástico que tenía allí olvidada, no sabía lo que había dentro y la tenía allí desde hacía más de un año, la abro y dentro estaba el justificante del coche que le compré yo y mas documentos pertinentes para estas memorias. Me guió a documentos que todos corroboran Mis Memorias y que no sabía ni que los tenía. Es que él y yo estábamos muy unidos. Me emocioné mucho y le mandé un beso muy fuerte.
A veces pienso que quizá su padre no le quiso ayudar porque estaba más unido a mí que a él. Porque su comportamiento tan miserable hacia su hijo no lo entiendo y mas precisamente ahora que había cambiado y se estaba esforzando mucho, entre otras cosas para complacer a su padre, es cuando mas apoyo necesitaba de su progenitor  y se lo negó. Yo conocía muy bien a mi hijo y se que sin la depresión no hubiera tirado la toalla, porque él era un gran amante de La Vida y siempre ha sido un gran luchador. Pero se vio abandonado por su padre y había comprobado que no iba a encontrar un trabajo digno y no veía ningún porvenir para él

Alguien me ha dicho que lo que ha pasado con mi hijo era su destino. ¿Era su destino tener un padre así? Yo no lo creo y más
cuando de solteros y los primeros años de casados no era de ese modo. Algo le hizo cambiar y mucho.

Voy a dividir Mi Vida de Casada en varios capítulos para que no se haga tan largo, especialmente el trato que tuvo los últimos años con sus hijos y conmigo y la influencia que debió de tener su mala educación en la formación del comportamiento de mi hijo José Antonio por ser el mas pequeño.
Mi vida de casada está dividida en siete capítulos: 2-Primeros años de casada; 3-Relación de mi entonces marido con los niños; 4-Relación conmigo; 5-Mi decisión de divorciarme;
6-Divorcio; 7-Aspecto económico de mi separación; 8-Mi vida después de divorciada

Mi hijo José Antonio Sánchez Botella en la memoria


Pido respeto y comprensión para mi hijo José Antonio