martes, 24 de julio de 2012

Mi Juventud


Mi juventud

Me enamoré de dos chicos de Denia. A los trece años ya me gustaba uno de ellos, Vicente. Luego lo dejamos y me enamoré de otro, Juan.. Ambos creo que eran buena gente y hubiera podido ser feliz y respetada por ellos. Pero con el segundo también lo dejamos porque estaba fuera de Denia estudiando y a mis 14 años debió de ser un hándicap. Tenía bastantes amigos y amigas con los que lo pasábamos muy bien en pandilla.
Mas adelante vino un chico desde Almoradí que vivía en una pensión que había enfrente de mi casa y yo lo veía pasar todos los días varias veces. El presumía de  ser Falangista y trabajaba en la CNS. Andaba deprisa, con pasos largos y parecía muy seguro de si mismo. Con los años esa seguridad se convirtió en un comportamiento: autoritario extremo en su relación conmigo, en dominancia e inflexión y rigidez de carácter y en mi opinión  las características del  comportamiento del dictador.
A mis 16 años nos hicimos novios, él tenía 8 más que yo.
Como él vivía en una pensión, cuando estaba enfermo, por ejemplo un año que cogió las fiebres maltesas se vino a mi casa y allí mi madre y yo lo cuidamos hasta que se recuperó proporcionándole médico,  cuidados y la alimentación adecuada.  En una época que engordó y se quiso poner a régimen, venia a mi casa a comer la comida de régimen que le hacíamos mi madre y yo. Cuando quería invitar a amigos, como en la pensión no podía y no tenía dinero para invitarlos en un restaurante, los invitaba en mi casa. En mi casa era tratado como un hijo más.
Por las fotografías que tengo de esa época, él también parecía enamorado de mí. Pero ahora ya no se si era así después de lo que sucedería con el paso del tiempo.
Siendo solteros se fue a Granada, seguramente porque allí era mas fácil, a estudiar Graduado Social, el título que necesitaba para montarse su oficina, y desde allí me escribía unas cartas románticas preciosas. Pasado el tiempo y las circunstancias pienso que eso era pura palabrería y lo que ha utilizado para trepar porque si hubieran sido sinceras su comportamiento conmigo no se hubiera degradado tanto como se degradó.
     
El día que cumplí veinte años nos casamos. Mi madre se compró  una casa en la calle Patricio Ferrándiz, 94 y nos la dejó para vivir después de la boda. Mas adelante también le  compró a mi marido un coche que le hacía falta  para ir a Alicante por motivos de su trabajo
La luna de miel la pasamos en una casa que le dejaron a mi reciente cónyuge en Torrevieja porque no tenía dinero para pagar un hotel. Como aún no teníamos coche pocas cosas pudimos ver, excepto el trozo de costa delante de la casa donde estábamos.  Lo pasé bien porque lo que quería era estar con mi marido del que estaba muy enamorada. Además era la primera vez que salía de Denia sin carabinas.
22-07-2012



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